Hace no mucho escribimos en esta web un artículo preguntándonos dónde se encontraba una histórica cavidad perdida en el tiempo desde 1966 en la Sierra del Castillo de Espiel: la Cueva-Sima del Gulmont y que tanto habíamos estado buscando el G40 durante los últimos años.

El pasado sábado 14 de Noviembre de 2015 los integrantes del G40 Gloria Lara Mengual, Manuel Palma Serrano “Manolo” y Abén Aljama Martínez salieron de exploración por la Sierra del Castillo y encontraron una cavidad. Por lo difícil de su acceso y localización, se pensó en un principio que se trataba de una sima virgen no explorada antes por nadie.
Unos días después, los tres miembros citados anteriormente vuelven a la boca de la cavidad junto a Francisco Gamero (G40) y Emilio Fernández. Esta fugaz visita sirve para adentrar con una cuerda una cámara y grabar el interior de la sima, viendo así que se trataba de una diaclasa de más de 10 m de altitud y que podía tener cierta continuidad.

De nuevo Gloria, Manolo y Abén vuelven a Espiel, acompañados por Rafa Bermúdez (G40) y el amigo Antonio Expósito “Chino” del Club Rumbo Norte de Jaén. Tras pasar la noche en el Albergue de Espiel, la mañana del 21 de Noviembre de 2015 y cargados con los petates llenos de cuerdas, equipos de progresión vertical y material de instalación, suben a la Sierra del Castillo con el objetivo de montar el pozo y poder llevar a cabo la exploración de la sima. Más tarde llega desde Córdoba el compañero Francisco Gamero (G40), que se incorporó al equipo de apoyo en superficie.

El descenso no reviste complejidad alguna, excepto la maniobra a realizar en la entrada al pozo, que debido a su estrechez limita los movimientos de las manos y por tanto el uso del descendedor. Una vez abajo, una bajada por rampa conduce al final de la diaclasa, donde un grafiti realizado con carburo sorprende a los espeleólogos, que exclamaron con cierta tristeza:

“No somos los primeros que hemos entrado aquí”.

Pero una rápida lectura interpretativa del grafiti convirtió la tristeza en alegría, al certificarse el inesperado hallazgo:

“GULMONT. 6 – III – 66”.

El 6 de Marzo de 1966 fue el día que el Gulmont descubrió la Cueva-Sima del Gulmont. Además, la morfología de la cavidad coincidía perfectamente con la topografía que obraba en nuestro poder.

Ya no había duda: estábamos en el interior de la Cueva-Sima del Gulmont.