Recientemente, el Grupo Espeleológico G40 ha iniciado trabajos de exploración y topografía en otra zona diferente de la Comarca Subbética, pero cuya localización queda fuera de los límites de lo que sería el Parque Natural Sierras Subbéticas Cordobesas.

Se trata del Cerro Acebuchoso, en el término municipal de Lucena, al sur del núcleo urbano y justo en el cruce de la carretera A-3131 (que une a Lucena con Jauja) con la A-3228, que se dirige a Benamejí.

Para esta visita, y siguiendo con el proyecto “Tras las Huellas de la Espeleología Cordobesa”, se tomaron como referencia unas anotaciones de Juan Bernier en las que indicaba la presencia de cuevas y abrigos en el Cerro Acebuchoso, en el término municipal lucentino. De este cerro, según hemos podido leer en algunos escritos, se han encontrado restos prehistóricos y romanos, hecho que hemos podido comprobar a pie de campo.

En la zona más alta del cerro, casi a 400 metros, en el mismo escarpe rocoso y a escasos metros uno de otro, se localizaron dos abrigos:

Al denominado “Abrigo Acebuchoso 1” se accede haciendo una corta trepada pero algo incómoda debido a lo pulida que se encuentra la roca, evidencia clara del paso de personas a lo largo de los años. Tras 2 metros, se accede a una pequeña sala en la que hay una ventana con vistas al exterior a modo de balcón, motivo por el cual también se le ha llamado a esta cavidad “Abrigo del Balcón”. En la sala se pueden ver algunas pequeñas algunos pequeños espeleotemas.

El llamado “Abrigo Acebuchoso 2” tiene una boca de 4 metros de anchura y 0,75 m de altura, y su sección es una rampa cuyo suelo está concrecionado debido al correr del agua con el paso del tiempo, existiendo formaciones en la parte superior.

En unos tajos calizos que dan a la cara sur del cerro, encontramos una cavidad de mayor entidad que las anteriores y a la que llamamos “Cueva Acebuchosa”. Se trata de una fractura de unos 60 metros de desarrollo, con varias bocas de entrada a la misma, una altura máxima que alcanza los 8 metros y una anchura máxima próxima a los 5 metros. En su interior pudimos ver algunas formaciones litogénicas y dos ejemplares de murciélagos.

Como viene siendo habitual en este tipo de salidas, se realizaron al completo los trabajos de exploración, descripción, toma de imágenes y toma de datos para la topografía de la cavidad.